Pero es posible que no siempre te sientas así. A veces hay una gran desconexión entre la forma en que nos vemos a nosotros mismos, cómo nos define el mundo y, en última instancia, cómo nos ve Dios. ¿Todavía no estás convencido(a)? Contrasta tu historia con las historias de otras personas que Dios usó para su propio propósito asombroso.
Algunos días ocurre algo extraordinario. Otros días, luchas por salir adelante. Muchas veces, te rendiste o sentiste que no eras suficiente.
Es fácil identificar los talentos y el valor de otra persona, luego mirarse a uno mismo y decir: "Pero, solo soy una ama de casa". O un buen empleado. Un desertor de la universidad. Una persona que abandonó un sueño. O alguien que dio un salto de fe que terminó en arrepentimiento. Todos tenemos partes de nuestras vidas que nos gustaría cambiar, especialmente cuando vemos a otras personas que parecen vivir con más propósito o libertad que nosotros. ¿Alguna vez has tenido un momento de "Solo soy un..."?
Entonces, ¿cuál es la desconexión entre lo que piensas de ti mismo y lo que Dios piensa de ti? Se llama vergüenza. La vergüenza es la voz que nos dice que no somos lo suficientemente buenos y que no pertenecemos. Es una mentira que nos atrapa y luego nos impide comprender verdaderamente lo que Dios piensa de nosotros.
Dios quiere silenciar la voz de la vergüenza en tu vida y decirte la verdad.
Digno ahora. No si... No cuando… Somos dignos de ser amados y de pertenecer ahora. Justo en este momento. Brené Brown — Los Dones de la Imperfección
¿Cómo vas a responder?
Dios te creó y te ama. Él sabe que no eres perfecto, pero cree que eres increíble y quiere tener una relación contigo. Solo está esperando a que des el siguiente paso. Es hora de descubrir para quién fuiste creado y conocer tu valor. Intenta hablar con Dios hoy y pídele que te quite la vergüenza. Pídele que te permita sentir lo que Él siente por ti. Una relación con Jesús no se trata de tener todo resuelto, se trata de acercarte a Jesús en tu quebrantamiento y dejar que Él te ame y te sane.