Redo Story

La Pascua es un momento emocionante de celebración.

Disfrutar del calor de la primavera y los jardines en flor nos recuerda el poder de la vida. Pero la Semana Santa tiene más. Se trata de corazones dormidos que despiertan a la esperanza. Es una celebración de plenitud sobre devastación y de victoria sobre el quebrantamiento. El amor de Jesús por nosotros define la Pascua. La Pascua es la verdadera historia de Jesús crucificado en la cruz por nuestros pecados, resucitando de entre los muertos tres días después y ofreciéndonos el mismo poder vivo que habitaba dentro de él.

La Pascua es un momento emocionante de celebración.

Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder. – 1 Cor. 6:14

¡Eso es algo para celebrar!

Los primeros seguidores y amigos de Jesús vieron este amor en acción de primera mano.

Caminaron con Él mientras realizaba milagros, lo vieron expulsar demonios, curar a los enfermos y amar a los que no eran amados. Uno solo puede imaginar las ondas de choque que golpearon los corazones de los apóstoles con cada golpe a los calvos que traspasaban las manos y los pies de Jesús. ¿Cómo podían capturar, torturar y matar a su amigo y Salvador inocente sin motivo? Él era el Hijo de Dios. ¿Por qué no detuvo a sus acusadores? ¿Acaso estaba impotente? ¿Los había abandonado?

Pero tres días después, sus temores y preguntas cesaron. Jesús se levantó de entre los muertos y se les apareció. Había asumido el castigo de ellos sobre sí mismo. La misericordia fue ofrecida a todos en la cruz, y cuando resucitó de la tumba tres días después, la brecha entre la humanidad y Dios se cerró. La vida triunfó sobre el pecado y la muerte.

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos). Juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús – Efesios 2:4-7

Como los discípulos, tal vez te sientas solo — abandonado por Dios.

La Pascua es una prueba de que no importa cuán sombría se vea una situación, la vida es posible. No solo el tipo de vida que apenas lo logra, sino el tipo de vida que corre libre y respira con tranquilidad: la vida para la que fuiste hecho.

¿Estás cansado? ¿Tu vida se siente vacía? Ven a Jesús. Abre tu corazón con gran anticipación y expectativa. No importa dónde te encuentres o lo que hayas hecho, Dios te ofrece una nueva vida hoy.

“Ningún pozo es tan profundo que Él no sea aún más profundo; con Jesús, incluso en nuestros momentos más oscuros,
lo mejor permanece y lo mejor está por llegar”.

Corrie Ten Boom

Si quieres conocer más sobre Jesús, puedes hacer esta oración ahora mismo: Jesús, quiero esta nueva vida que prometiste. Quiero recibir la esperanza, el gozo y la sanidad que me compraste en la cruz, y quiero entrar en tu vida de resurrección. Muéstrame quién eres. Demuestra que eres real para mí hoy y dame los ojos para verte. Amén.