¿Sabías que a Dios le encanta hacer regalos? Sus regalos no dependen de nuestras circunstancias. Todas las demás religiones requieren que cumplamos obligaciones, pero el Dios de la Biblia da libremente desde la generosidad de Su corazón. La Navidad nos recuerda este amor extravagante. Jesús, el regalo de Dios para todos nosotros, es también la mayor expresión de amor, esperanza, alegría y paz.

Jesús vino de la manera más vulnerable posible: como un bebé, nacido en un pesebre, en un humilde establo. Esto es impactante. Desarma nuestra sensibilidad y debería hablarnos muchísimo de Él. Él no está enojado, ni distante, ni desconectado. Él se acercó con ternura y profunda humildad a compartir nuestra humanidad. Ningún otro dios se acerca a nosotros.

Dios quiere una relación contigo. Él te conoce a ti, a tus pruebas y dificultades. Él abrió un camino para que experimentes la vida donde se encuentran el verdadero amor, la esperanza, la alegría y la paz.