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Nueva Linea De Vida

BAJO PRESIÓN

Puse en el Señor toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme. Puso en mis labios un cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios. Al ver esto, muchos tuvieron miedo y pusieron su confianza en el Señor. – Salmo 140:1–3

Yo amo al Señor porque él escucha mi voz suplicante. Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida. Los lazos de la muerte me enredaron; me sorprendió la angustia del sepulcro, y caí en la ansiedad y la aflicción. Entonces clamé al Señor: «¡Te ruego, Señor, que me salves la vida!» El Señor es compasivo y justo; nuestro Dios es todo ternura. – Salmo 116:1–5

Tú has venido aquí porque necesitas ayuda.

¿Quién no la necesita? Sabes que no puedes hacer las cosas por tu cuenta. Ninguno de nosotros puede. La buena noticia es que tenemos un salvavidas. Podemos hablar con nuestro Creador con palabras sencillas que expresen lo que sentimos. Él nos escucha y nos responderá. La oración no es una fórmula religiosa. No tienes que decir las palabras correctas o repetirla una cierta cantidad de veces. Esa es la manera en que la gente ora cuando no conocen a su Padre celestial (Mateo 6:7–8).

La oración es una conversación sincera con Dios, y tú puedes tener la confianza de que Dios te ama y se preocupa por ti.

Aún los detalles pequeños de nuestra vida son importantes para Él. Y el poder de la oración está en que el se encuentra en el otro lado de la conversación. Imagina la diferencia que hay entre conversar con tu mejor amigo y alguien que no conoces. Con tu mejor amigo, puedes comportarte tal como eres porque esa persona ya te conoce y te ha aceptado como eres. Todo cambia cuando nos damos cuenta quién está ecuchando nuestra voz.

Gracias a Jesús tenemos seguridad de cómo es Dios.

Él vino del Padre y se hizo hombre para que nuestra relación con Dios pudiera ser restaurada. Cuando Jesús estuvo en el mundo, la gente venía a Él no solo para escuchar lo que enseñaba. Ellos venían porque necesitaban ayuda. Eran personas profundamente heridas que necesitaban un Salvador, lo mismo que nosotros. Venían a Él con las dificultades de la vida. Cuando estaban enfermos, venían a Jesús. Cuando estaban acongojados, venían a Jesús. Cuando tenían hambre, venían a Jesús. Cuando estaban atados por el pecado, venían a Jesús. Cuando se sentían atormentados y confundidos, venían a Jesús. ¡Y Él nunca los rechazó!

De hecho, a continuación encontrarás cuatro historias que nos muestran que Jesús siempre e stuvo dispuesto a ayudar. Así es como sabemos que la oración es un salvavidas que Dios nos ha dado.

Lucas 7:36–50 – En esta historia, una mujer pecadora (peobablemente una prostituta) se acerca a Jesús cuando estaba en una cena con los líderes religiosos. Los líderes se molestaron, pero Jesús no reprendió a la mujer por su demostración de remordimiento. Mas bien, la perdonó y la trató con amabilidad, y reprendió a los líderes por su dureza de corazón y falta de misericordia.

Juan 11:17–45 – Jesús lloró con sus amigos. Lázaro, el hermano de María y Marta, había muerto. Jesús sintió el dolor y lloró con ellas. Pero este no es el fin de la historia. Jesús reveló que Él es la resurrección y la vida. Él le dio a esta familia un regalo que nunca olvidarían.

Marcos 5:21–43 – En esta historia, Jesús sana a dos personas. Cuando iba camino a sanar a una niña que estaba enferma, una mujer que sufría de hemorragias, detiene a Jesús y experimenta una poderosa sanidad de una enfermedad que había tenido por años.

Marcos 6:33–44 – Miles de personas siguieron a Jesús durante su ministerio terrenal. Ese día, enseñó durante horas y horas. Estaban en un lugar muy apartado, y la gente tenía hambre y no había alimento. Jesús prepara una gran cena de la nada y satisface el hambre física y espiritual de la gente.

Historias reales: Respuestas reales a la oración

Estas historias son para animarte y para que tengas la confianza de que Dios está contigo en cualquier situación que enfrentes hoy. Él es misericordioso y poderoso. A veces Dios no responde como quisiéramos, pero nunca ignora un sincero clamor por ayuda. La Biblia está llena de historias de personas que pidieron ayuda a Dios, ¡y que recibieron una respuesta maravillosa! Esta es una invitación a que comiences tu propia conversación con Él. Comienza un diálogo con tu Padre celestial, y pronto comenzarás a ver tu propio testimonio en que dirás: [Él] me libró porque se agradó de mí. (Salmo 18:19)

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4 Comments

  • Olivier Leiva

    GRACIAS POR BENDECIR NUESTRAS VIDAS CON LOS TRATADOS QUE uSTEDES HAN OFRECIDO,SUS TRATADOS ESTAN SIENDO ENTREGADOS A DOCENAS DE PERSONAS QUE HAN RECIBIDO EL MENSAJE DE jESUS, pOR FAVOR SI PUEDEN ENVIARME LA CANTIDAD DE TRES MIL TRATADOS SERIAMOS AUN MUCHO MAS BENDECIDOS,POR FAVOR TENGAN LA SEGURIDAD DE QUE EL EVANGELIO SEGUIRA CORRIENDO EN NUESTRA CIDAD A TRAVES DE ELLOS.
    MIILLONES DE GRACIAS Y QUE diOS LOS SIGA BENDICIENDO
    ! Por favor los pueden enviar EN ESPANOL a nombre de Centro Victoria
    P.O.BOX/ 210027 Nashville,Tn 37221
    CORDIALEMNTE
    Olivier Leiva
    Pastor

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